En este artículo os contamos nuestro último roadtrip por Marruecos en autocaravana con enlaces a los artículos en los que os contamos lo más interesante que ver y hacer en cada destino. Es un país que hemos visitado en muchas ocasiones y siempre descubrimos algo nuevo. Sus maravillosas ciudades imperiales, históricas kasbahs, interminables playas, altas montañas y áridos desiertos llenarán tus sentidos de experiencias, imágenes, olores y sabores. Es un país muy intenso, fascinante y muy diferente a los países europeos, que enamora, con maravillosas gentes, acogedoras y hospitalarias. Nuestro recorrido ha sido muy completo, casi tres mil kilómetros, y ya estamos desando volver para visitar tantos lugares que nos hemos tenido que dejar. Si quieres información práctica para hacer una visita a Marruecos ya sea en autocaravana o sin ella en el artículo Marruecos – Guía completa tienes información para adentrarte a viajar a este país, «el más cercano de los grandes viajes«.

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Itinerario de nuestra viaje por Marruecos en autocaravana

Destinos en nuestro roadtrip por Marruecos en autocaravana

Tánger

Fue nuestra puerta de entrada a Marruecos en autocaravana, con una cultura a caballo entre Europa y Marruecos, una fascinante medina, un laberinto de callejuelas, zocos siempre vibrantes y llenos de tiendas de artesanía, cafés en los que tomar un té y observar el ir y venir de sus habitantes, acompañado de las llamadas del muecín desde las mezquitas. Es también una ciudad con una fuerte herencia colonial, que se aprecia en la ville nouvelle, con edificios que recuerdan su pasado como protectorado, y actualmente una pujante ciudad que crece y moderniza muy rápidamente.

Asilah, un imprescindible si vas a Marruecos en autocaravana

Asilah, o Arcila, es una encantadora ciudad en la costa atlántica de Marruecos, una de las ciudades que más nos gustan de Marruecos y un destino imprescindible en una visita a este país. Tiene una pequeña medina encerrada entre murallas, muy cuidada, con calles estrechas, blancas casas y coloridas pinturas. Además tiene unas excepcionales playas. Y si tienes la suerte de estar en Asilah en jueves tienes que visitar su impactante mercado, que recibe a las gentes de los pueblos de alrededor.

Larache

Larache queda fuera de las principales rutas turísticas, lo que la hace más auténtica. Tuvo gran importancia durante el protectorado español, y la huella española es muy evidente en la ciudad, que conserva hermosos edificios de arquitectura colonial española. El pequeño zoco, el barrio Al Kasabah y la medina, con sus estrechas calles con casas pintadas de intenso azul que desciende hacia el puerto, son una maravilla.

Moulay-Bousselham

Este pequeño pueblo puede resultar interesante para hacer una pequeña excursión desde Larache o una parada si te diriges hacia el sur. Se ubica donde se une la gran laguna de Merja Zerga al mar. Su encanto reside sobre todo en sus playas, los bancos de arena y la propia laguna, que pertenece al Parque Natural Merja Zerga, un lugar ideal para los aficionados a las aves. Puedes contratar un paseo en una barca de pescadores para recorrer la laguna y ver aves migratorias, como flamencos, garzas o ibis.

Rabat

La capital de Marruecos es una ciudad fascinante, su casco histórico a orillas del mar y la desembocadura del río Bu Regreg tienen un gran encanto, atesora verdaderos tesoros y un gran ambiente comercial. Es una de las cuatro ciudades imperiales y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La bulliciosa medina, con sus zocos funduqs, los Jardines Andalusíes, la Kasbah de los Omeyas, y sobre todo el impresionante Mausoleo de Mohammed V junto con la Torre Hassan te van a maravillar. Además la ciudad se está convirtiendo en una moderna urbe, prueba de ello son el Museo de Arte Moderno Mohammed VI, el vanguardista edifico del Gran Teatro y la Torre Mohammed VI, el edificio más alto de África.

El Jadida

Recorriendo la costa atlántica de Marruecos en autocaravana vale la pena hacer una parada en El Jadida, la antigua Mazagão portuguesa. Actualmente es un destino muy frecuentado por los habitantes de Marrakech por sus playas y buen tiempo. Lo más interesante que ver en El Jadida es precisamente la Cité Portuguaise, rodeada de murallas y bastiones, y la Cisterna Portuguesa que hay en su interior. Recorre también las calles de alrededor de la Cité, llenas de vida y comercio, el puerto pesquero y las extensas playas. Es un buen lugar para disfrutar de pescado y marisco recién llegado al puerto.

Oualidia

Otra parada que te recomendamos en la ruta en autocaravana por la costa atlántica de Marruecos es el pueblo de Oualidia. Es conocida como la “perla del atlántico“ y aúna el encanto de un destino de playa tranquilo, con un pueblo de pescadores. Aquí puedes disfrutar de una laguna rodeada de playas de dorada arena protegida del oleaje y un puerto en el que comer pescado, marisco u ostras directamente sacados del mar. Además es un buen lugar para practicar surf en la laguna, ver aves migratorias como flamencos y garzas, y pasear por los acantilados que se alzan sobre el mar que los golpea con fuerza. También puedes hacer rutas de senderismo entre la laguna, playas y acantilados, como la laguna de Ouladiia y acantilados y playas de Oualidia.

Essaouira

Essaouira es una de las ciudades de Marruecos más visitada, por sus extensas playas ideales para deportes náuticos como windsurf o kitesurf, su puerto pesquero y la historia que encierran las calles de la histórica Mogador, con su ciudadela declarada Patrimonio de la Humanidad, rodeada de murallas golpeadas por el océano y los fuertes vientos alisios. Te encantará su medina, vibrante, llena de color y con gran cantidad de tiendas de artesanía. Es fácil que la reconozcas si has visto la exitosa serie Juego de Tronos. Esta ciudad se ha ganado los apelativos de “perla del atlántico” y “ciudad de los vientos“, ambos muy acertados.

Marrakech

En tu viaje en autocaravana por Marruecos no te puedes olvidar de visitar Marrakech. Es una de las ciudades imperiales, junto con Fez, Rabat y Meknès. Aunque no es la capital, se ha convertido en el símbolo de Marruecos, y su famosa plaza Jemaa El-Fna, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, aglutina todo aquello que el viajero puede esperar de este país. Tienes que recorrer esta plaza llena de malabaristas, encantadores de serpientes, cuentacuentos y variopintos puestos de comida. Adéntrate también en sus zocos, llenos de vida, olores, colores y sabores. Además posee algunos lugares increíblemente bellos y ricos en historia y arte musulmán, como el Palacio de Bahia, las Tumbas Saadíes o la Medersa Ben Youssef, y por supuesto la majestuosa Koutubia. Es una ciudad para perderse por sus calles y jardines, descubriendo maravillosos rincones.

Si visitas Marrakech en autocaravana un buen lugar para pernoctar muy cerca del centro es un aparcamiento junto a la Koutubia. Tiene servicios, conexión eléctrica y puedes llenar agua y vaciar aguas grises, por 110 DH diarios más otros 40 DH por la electricidad. Lo mejor es su cercanía a los lugares más interesantes que visitar en la ciudad.

Carretera de Tizi n’Tichka

Tras nuestra visita a Marrakech tenemos que cruzar las montañas del Atlas para ir hacia el desierto de Marruecos en autocaravana. La carretera que atraviesa las montañas es de una gran belleza y al mismo tiempo muestra la dureza de la vida en estos lugares. Se ven pequeños pueblos del color de la tierra y, entre la aridez de las laderas, algunos pequeños oasis en el fondo de los valles. El puerto de Tizi n’Tichka tiene más de 2000 metros de altitud y es habitual que esté nevado en invierno, lo que hace esta carretera aún más difícil. Poco antes de llegar a él puedes parar en un amplio mirador que se asoma sobre la carretera que serpentea por la laderas de la montañas y que ofrece magníficas vistas de las altas cumbres del Atlas. El Toubkal, el pico más alto de Marruecos, no está muy lejos.

Ait-Benhaddou

De todas las kasbahs de Marruecos, la de Ait-Benhaddou es la más famosa y más espectacular, y una visita obligada en nuestro periplo por Marruecos en autocaravana. Es en realidad un ksar, es decir un pueblo fortificado con kasbahs de adobe. Ha sido escenario de un gran número de películas y series, como Juego de Tronos, que la han hecho mundialmente famosa. Sus rojas murallas y torres de arcilla roja que se levantan sobre un promontorio rocoso forman una imagen de ensueño. Puedes recorrer sus calles y subir a algunas torres, desde las que las imágenes de la kasbah y los valles que la rodean son extraordinarias. La imagen del desierto una vez cruzadas las montañas del Atlas es realmente un lugar mágico. Recorrer sus calles te permitirá conocer un poco más de la vida en el desierto de los pueblos bereberes, y es una visita imprescindible en el desierto de Marruecos.

Si solamente vas a visitar la kasbah hay varios aparcamientos en los que puedes dejar la autocaravana por unos 20 DH y para pernoctar hay varios campings en los alrededores. Nosotros preferimos ir al Camping L’Escale, en dirección a Ouarzazate, que era nuestro siguiente destino. Un camping muy agradable y cómodo por 90 DH con electricidad.

Ouarzazate

Esta localidad es conocida como la «Puerta del desierto» y es paso obligado si cruzas el Atlas desde Marrakech hacia el desierto, ya sea al Valle del Draa o en dirección a Merzhougha, que era nuestro destino. Está rodeada de un impresionante paisaje y en ella puedes visitar varias kasbahs, como Tifoultoute y Taourit, además de adentrarte en su zoco local. Se ha convertido en un lugar muy apreciado para rodar películas y series por su riqueza paisajística, y están sacándole partido a esta industria, con varios estudios de cine. Puedes visitar los Atlas Studios o el Museo del Cine, en donde encontrarás decorados de películas famosas.

Skoura

A unos 40 km de Ouarzazate sorprende un gran oasis, el mayor del Valle del Dadès, con gran cantidad de palmeras y olivos, gracias a una extensa red de acequias y canales. Hay decenas de kasbahs que son muestra de su riqueza pasada y que puedes ver desde la propia carretera. Situado en la llamada «Ruta de las Mil Kasbahs», es un buen lugar para detenerse, disfrutar de su ambiente relajado y conocer algo más de la magnífica arquitectura de los habitantes del desierto. La kasbah más conocida del oasis de Skoura es la de Amridil.

Nosotros pernoctamos en este oasis, en el Camping Skoura Amridil, por 125 DH con electricidad, un camping muy cómodo, con una estupenda piscina, en medio del palmeral y muy cerca de la kasbah Amridil.

Valle del Dadès o Valle de las Rosas

En nuestra ruta en autocaravana hacia el desierto tenemos que recorrer el Valle del Dadès, una de las regiones más bellas de Marruecos. Un paisaje extraordinario, con zonas desérticas, oasis, kasbahs, pueblos salpicados por las laderas y campos de cultivo, en especial las extensas plantaciones de rosas, que son su principal riqueza. Aquí se cultiva la rosa Damasquina, muy apreciada en la fabricación de productos cosméticos y farmacéuticos. Los vendedores también dicen que tienen propiedades afrodisíacas. Si recorres el valle en primavera verás las grandes extensiones de color rosa que llenan de color sus campos y olor la atmósfera. A lo largo de la carretera verás distintos puntos donde puedes probar y adquirir algunos de los productos cosméticos que aquí se producen, como el agua de rosas, sobre todo en las cooperativas de mujeres, y ver también como se realiza el proceso de destilación. El principal centro de producción es Kelaa M’gouna.

Gargantas del Todra

Estas gargantas están ubicadas a la entrada de las montañas del Atlas desde el sur de Marruecos en la ruta que va desde Ouarzazate hacia el desierto de Merzougha, por lo que son una parada obligada si vas a visitar el desierto. Están consideradas como uno de los cañones más impresionantes del mundo. Para acceder a ellas tienes que desviarte hacia el norte en Tinghir por una carretera que ofrece unos espectaculares paisajes del profundo valle, los oasis con sus frondosos palmerales y las kasbahs en las laderas de las montañas. Es un paisaje evocador y un tanto mágico, salpicado con el colorido de los turbantes que venden en los bordes de la carretera. Ésta acaba en las gargantas y a partir de ahí sólo podrás continuar si dispones de vehículo 4×4. Lo habitual es llegar hasta el final de la carretera, encontrar un lugar para aparcar y recorrer este tramo de río bajo las imponentes paredes verticales de más de 100 metros de altura. Por el fondo las aguas cristalinas y frescas que provienen del Atlas recorren el cauce.

Rissani

Rissani está situada en el Valle del Ziz y es una de las puertas de entrada al desierto del Sáhara. Los viajeros que van al desierto suelen pasar por esta ciudad sin detenerse. Es un error. Vale la pena adentrarse en ella y recorrer sus calles, de gran importancia histórica pues es la cuna de la dinastía alauita que gobernó el país durante siglos. Si tienes la suerte de ir en día de mercado, martes, jueves o domingo, verás una ciudad llena de vida y sabor local que te permite sumergirte en la cultura bereber. Incluso en los otros días es interesante recorrer el mercado y los zocos llenos de tiendas. Visita alguno de los puestos que ellos llaman «farmacia bereber«, llenos de productos naturales a los que se les asignan todo tipo de propiedades, incluso afrodisíacas. Junto al mercado está la interesante kasbah de Oulad Abdelhalim, y a lo largo de la carretera vas a encontrar más de un ksar, que sorprenden por sus murallas de adobe rojo.

Merzougha, la puerta al desierto de Marruecos en autocaravana

Este pueblo, junto con Khamlia que está un poquito más al sur, se han convertido en los puntos más accesibles para conocer el auténtico desierto. Junto a Merzougha está una de las extensiones de dunas más importantes del país y de las más altas, Erg Chebbi. Recorrer las dunas es un experiencia mágica, en especial al amanecer o al anochecer cuando se cubren de un color rojizo. Las vistas del mar de dunas desde lo alto no las vas a olvidar fácilmente, aunque subir a las más altas te va a requerir un esfuerzo realmente importante. Sentirás que no puedes avanzar por la arena, cada dos pasos para arriba es un paso para atrás. También puedes explorar las dunas en 4×4, dromedario o quad, que se contratan en diversas empresas locales. Si atraviesas el mar de dunas llegas a la hamada, donde se encuentran los poblados nómadas. Se suelen visitar en las rutas con 4×4 o dromedario. Una actividad emocionante que te recomendamos es hacer sandboarding por las dunas con tablas de snowboard. ¡Atrévete a lanzarte y demostrar tu pericia!

Te recomendamos acampar al menos una noche en alguno de los campamentos de jaimas que hay entre las dunas. Algunas de estas tiendas son un auténtico lujo y te aseguramos que las sensaciones al pasar la noche en el desierto o disfrutar de música tradicional alrededor de una hoguera son inolvidables. Nosotros nos tomamos un respiro del recorrido por Marruecos en autocaravana y dormimos una noche en Dihya Desert Camp al pie de las dunas en Khemliya, con corazondemarruecos.

Para pernoctar con la autocaravana puedes optar por alguno de los campings que hay en la zona, por ejemplo el Camping La Gazelle Bleue tiene buenas instalaciones y está muy cerca de donde comienza la ruta para subir a las dunas más altas, por 90 DH.

Valle del Ziz

Para salir del desierto hacia el norte de Marruecos la carretera nos lleva atravesando otro de esos paisajes alucinantes de este país, otro lugar de ensueño, lleno de palmeras, el Valle del Ziz, que en un punto forma unas increíbles gargantas. A pesar de la poca agua que trae el río, apenas un hilillo, el ingenio de los habitantes de este valle construyendo canales y acequias para aprovechar el agua ha creado una gran extensión de palmerales que se ven en el fondo del valle rodeados de escarpadas y desiertas laderas y salpicado de algunas kasbahs. No dejes pasar la oportunidad de acercarte a alguno de estos palmerales a verlos de cerca.

Bosque de cedros de Azrou

Tras atravesar el Valle del Ziz el paisaje cambia, comenzamos a adentrarnos en las montañas y aparecen grandes bosques. Son los famosos bosques de cedros en los que habitan los monos de Berbería. Es otra de esas paradas imprescindibles en una ruta por Marruecos en autocaravana. Antes de llegar a Azrou está la Reserva Natural de Cedros y La Maison de la Cédraie. Esta zona es ideal para detenerse y buscar a los monos entre los árboles. Desgraciadamente, se han convertido en una atracción turística y son atraídos con comida que venden allí mismo a los turistas. Debemos tener en cuenta que no es aconsejable darles de comer, pero es la forma de ganar algo de dinero de mucha gente. También organizan excursiones a caballo o mulo por el bosque. Si quieres ver a los monos en su hábitat sin interferencia humana debes adentrarte en los senderos y caminos del bosque. En autocaravana puedes dormir en un aparcamiento que hay en la pista que se adentra en el bosque en un lugar aislado en plena naturaleza. Coordenadas GPS: 33.42036, -5.17107.

Otro buen lugar para ver monos cerca de Azrou es el entorno del milenario Cedro Gouraud. Los alrededores de este gigantesco cedro, desgraciadamente seco, se convierte en una zona de ocio para los habitantes de los alrededores, en donde se ofrecen paseos a caballo, venden artesanía y recuerdos, y hay acogedores puestos de comida en el interior del bosque en los que puedes degustar un estupendo tajine cocinado a fuego lento en cocinas de leña. Por supuesto los monos rondan alrededor de los visitantes y saltan entre los árboles y los coches pidiendo comida. Coordenadas GPS: 33.42635, -5.15530.

Azrou

Aunque lo más atractivo de Azrou sean los bosques de cedros, que es lo que atrae a los visitantes, la ciudad también merece una visita. Tiene un encantador zoco, muy auténtico, y la medina es muy agradable para deambular por ella entre coloridas callejuelas, talleres de artesanía y tiendas en las que los productos estrella son las alfombras y las tallas en madera de cedro. No te puedes perder la bella Mezquita Nueva con una arquitectura que sigue los cánones tradicionales, y subir a la roca de Azrou, situada en el centro de la ciudad, que da nombre a la misma, y desde donde se divisan las mejores vistas.

Nosotros pernoctamos en un aparcamiento bajo la roca de Azrou y junto a la Mezquita Nueva, un buen lugar para visitar también la medina, por 30 DH, aunque sin servicios. Coordenadas GPS: 33.43559, -5.22312.

Ifrane

Esta ciudad del Atlas Medio rodeada de bosques es sorprendente porque es la menos marroquí que puedas ver en el país. La llaman la «pequeña Suiza» por que las casas están construidas a imitación de las de las montañas alpinas, que se integran en este paisaje montañoso y boscoso. Atrae mucho turismo local precisamente por lo diferente que es del resto del país. Por su altitud es muy fresca en verano y en invierno es el principal centro de esquí de Marruecos gracias a las cercanas estaciones de Mischliffen. Vale la pena hacer una parada, recorrer sus calles «suizas», y sobre todo los bellos jardines y bosques, en especial alrededor del Lac d’Ifrane y el bosque de Le Grand Nacré. Tienes que ver el famoso León de Ifrane con una larga cola de personas esperando a hacerse fotos junto a él.

Un buen sitio para pernoctar en autocaravana, aunque sin servicios, es el gran Parking de la Prairie que hay junto al Lago de Ifrane, por 20 DH. Está muy cerca del centro de la ciudad y los jardines del lago. Coordenadas GPS: 33.52993, -5.104983.

Guigou

Si quieres conocer de cerca la vida rural bereber tienes que visitar el zoco del domingo de este pequeño pueblo del Atlas Medio. Tienes que desviarte un poco de la ruta a Fez desde Ifrane, pero te aseguramos que no te arrepentirás. Conforme nos acercamos a él llaman la atención extraños montículos alargados que son plantaciones de cebollas, una de las riquezas de la región. El mercado es un gran espectáculo, en el que los habitantes de las montañas venden frutas, verduras, ovejas, cabras, alfombras bereberes, chilabas de lanas y un sinfín de artículos, junto a puestos de comida que llenan el mercado de humo y olores a especias. Es poco turístico y los visitantes son bien recibidos, por lo que vas a disfrutar de una experiencia auténtica, fuera de los circuitos habituales en Marruecos.

Sefrou

En nuestro camino a Fez no podemos dejar de visitar Sefrou. Esta ciudad también queda fuera de las principales rutas que atraviesan el Atlas camino del desierto. No tiene mucho turismo a pesar de estar a solo 28 km de Fez, por lo que está llena de sabor local. Adéntrate en sus calles, protegidas por murallas, en las que las casas se escalonan unas sobre otras a ambos lados del río Aggai, que la atraviesa. Las tortuosas callejuelas bullen de comercio, locales de artesanía, puestos de pescado, carne, verduras, alfombras bereberes y botones de seda. Está considerada como la capital de las cerezas y en mayo se celebra el gran Festival de las Cerezas reconocido como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Cascadas de Sefrou

No dejes de acercarte a las bellas cascadas que hay a tan sólo 1 km de la ciudad. Son interesantes no sólo por la imagen de las altas cascadas, sino también por el ambiente que hay a la orilla del río. Hay un café con una terraza frente a ellas y es un lugar habitual de esparcimiento de las gentes de Sefrou, especialmente cuando hace calor y la orilla del río Aggai se llena de gente buscando el fresco.

Bhalil

Este pequeño pueblo muy cercano a Sefrou ha sido una sorpresa en nuestro viaje por Marruecos en autocaravana. Situado a los lados de un pequeño barranco cruzado por varios puentes, sus coloridas casas de tonos pastel azul, rosa y amarillo, se escalonan a ambos lados ocupando la roca. De hecho la mayor peculiaridad de Bhalil son sus trogloditas casas-cueva, que datan del siglo IV, y que puedes visitar para conocer las formas de vida tradicionales. Sube por sus escaleras de colores y recorre sus calles donde verás pequeños corros de mujeres tejiendo los botones de seda utilizados en las chilabas, una de las riquezas de este pueblo, y que se giran discretamente al paso de los pocos turistas que visitan la localidad.

Fez

Esta ciudad es también visita obligada en un viaje a Marruecos en autocaravana. Es la más antigua de las ciudades imperiales, que recordamos son: Rabat, Marrakech y Meknes, y considerada la capital espiritual de Marruecos. Tiene la medina más grande del mundo, un auténtico laberinto medieval lleno de callejuelas, plazoletas, coloridas fuentes, zocos, talleres de artesanía, mezquitas y medersas, que te envuelve con su magia y belleza. Es una ciudad con una riqueza histórica, cultural y espiritual que la hace única. Adentrarte por la maravillosa Bab Boujeloud o Puerta Azul en este laberinto te llevará a otro universo y otras formas de vida. Es el espacio urbano más grande del mundo sin tráfico de coches, por sus callejuelas solo pueden circular carros o burros. Una de las más importantes atracciones de Fez, y quizá lo más fotografiado, son las curtidurías, en donde aún de forma artesanal se tiñen las pieles en grandes cubas que forman un mosaico de colores.

Pernoctar con autocaravana cerca del centro de la ciudad en Fez no es fácil. El mejor lugar que encontramos fue el Camping Diamant Vert que está a unos 6 km de Bab Boujeloud. Coordenadas GPS: 33.9885, -5.02069. Puedes tomar un petit taxi por unos 50 DH para ir a la ciudad, aunque de entrada te pedirán mucho más. Ya sabes que en Marruecos el regateo es un arte.

Meknes

No podíamos tampoco dejar de visitar esta ciudad imperial de Marruecos, cerrando así el circuito de las cuatro, junto con Rabat, Marrakech y Fez. Meknes es más apacible y menos turística, por lo que sus zocos y medina son más tranquilos. Fue capital del reino con el sultán alauita Moulay Ismail, está rodeada de más de cuarenta kilómetros de murallas y guarda verdaderos tesoros, como la impresionante puerta de Bab Mansour (que desafortunadamente a día de hoy está en restauración) y el grandioso Mausoleo de Moulay Ismail, uno de los pocos lugares santos de Marruecos que pueden visitar los no musulmanes. La mejor forma de conocer Meknes es adentrarse por su medina, un laberinto de calles muchas de ellas cubiertas, repletas de comercios y talleres artesanales, preciosas mezquitas y la medersa Bou Inania.

Para visitar la ciudad, y también pernoctar si vas en autocaravana, un lugar muy práctico es un aparcamiento junto al Mausoleo de Moulay Ismail. Por aparcar son 20 DH y 50 DH pernoctar. No tiene servicios pero es muy céntrico y está vigilado. Coordenadas GPS: 33.89184, -5.56436.

Moulay Idriss Zerhoun

Esta localidad es un auténtico santuario para los musulmanes y uno de los lugares de peregrinación más importantes de Marruecos, considerado como una alternativa para quienes no pueden ir a La Meca, pues en ella está el Mausoleo de Moulay Idriss, bisnieto de Mahoma y fundador de la dinastía idrisí. Sin embargo, la entrada al Mausoleo no está permitida a los no musulmanes, por lo que solo lo podrás ver desde el exterior. Un listón de madera a media altura marca el límite desde donde no se puede pasar. La ciudad se escalona sobre las laderas de dos montes con preciosas callejuelas y coloridas casas que se van superponiendo unas sobre otras, en las que se esconden bellas mezquitas, una de ellas con un minarete circular de cerámica verde único en Marruecos. Dos miradores escondidos entre sus coloridas calles se abren hacia el mausoleo y la medina, la Petite Terrasse y la Grande Terrasse. Además la Plaza de Moulay Idriss y los mercados alrededor de ella están llenos de vida y prácticamente serás el único extranjero en la ciudad.

Para visitar la ciudad y pernoctar el mejor lugar es un gran aparcamiento público que hay en la parte superior de Moulay Idriss, junto al hospital, aunque no tiene ningún tipo de servicio, por 20 DH el día. Coordenadas GPS: 34.05765, -5.51716.

Volubilis

Desde Moulay Idriss Zerhoun se ve en la distancia Volubilis. Te va a resultar sorprendente encontrar en medio de Marruecos los impresionantes restos de una gran ciudad romana. Volubilis fue fundada por los cartaginenses en el siglo III a. C. y posteriormente fue una importante ciudad del imperio romano. Tienes que recorrer sus calles, adentrarse en las villas, los baños, el Foro, la Basílica, el Templo de Júpiter y el cruzar el Arco de Carcalla, para hacerte una idea de las maravillas de esta ciudad. Son especialmente valiosos los mosaicos que decoran algunas de las villas, como el de la Leyenda de Orfeo. En la entrada hay amplio espacio de aparcamiento para autocaravanas.

Chaouen

La llamada «Ciudad Azul«, por los infinitos tonos de azul que bañan las fachadas de sus casas y calles, es quizá el pueblo más bello de Marruecos. Siempre ha sido una localidad misteriosa, en la que sólo podían entrar los musulmanes, y mantiene ese aire de misterio que la asemeja a un pueblo andaluz. Sus laberínticas calles llenas de colorido y azules intensos son las mas fotografiadas de Marruecos. Está situada en un valle bajo dos montañas en la Cordillera del Rif que parecen dos cuernos, lo que da nombre a la ciudad, y está regada por las fuentes de Ras el Ma, en uno de los parajes más hermosos de Marruecos. Tienes que recorrer su medina con la Plaza Outa al-Hamman como punto central, en la que se encuentra la Gran Mezquita y la Kasbah, y perderte por sus rincones. En cada esquina te espera una sorpresa y una imagen única. Chaouen es una auténtica obra de arte. También es un buen punto de partida para adentrarte en las montañas y recorrer los senderos que la rodean.

Un buen lugar para pernoctar es el Camping Azila, que está situado en la parte alta de la ciudad. Es un camping sencillo pero muy cómodo. Unas escaleras llevan al centro de Chaouen en unos 15 minutos, y las vistas desde la montaña de la ciudad son extraordinarias, aunque para la vuelta tal vez prefieras tomar un petit taxi. Coordenadas GPS: 35.17632, -5.2664.

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